Qué pasa cuando te presentas para "el trabajo más duro del mundo"

Director de Operaciones. El anuncio era muy tentador para alguien que está buscando trabajo, y de calidad. La búsqueda de candidatos para este delicado puesto se llevó a cabo en medios escritos y online a lo largo y ancho de la geografía estadounidense y los interesados no dudaron en enviar sus currículums a la dirección indicada.

No se sabía nada más, pero lo cierto es que el escueto anuncio era lo suficientemente tentador como para omitirlo y llovieron las candidaturas. Un número limitado de escogidos fue citado para una entrevista por videoconferencia y hasta ese punto todo parecía normal. Al otro lado de la línea un entrevistador trajeado y con los rigores de la situación. Todo muy esperable. Hasta que comenzó la descripción del perfil que deseaban cubrir.

"El puesto exige una elevada movilidad", comenta, "se deberá trabajar la mayoría del tiempo de pie y agachándose". Las primeras caras de sorpresa comienzan a aflorar al otro lado de la cámara. Miradas entre sorpresa y curiosidad, pero por el momento ninguno de los candidatos tira la toalla. "Las jornadas son de 24 horas sin descanso", continúa serio el entrevistador. "Pero... ¿no hay descansos?", pregunta angustiado un candidato encorralado. "No, no hay pausas y sólo se puede comer cuando el asociado haya terminado".

Los primeros gestos de indignación empiezan a ser claramente visibles en algunos de los entrevistados. "¿Esto es legal?", pregunta una de las mujeres que optan por el puesto. Y sí, lo es, según responden al otro lado. "Perfectamente legal".

"Los festivos se trabaja el doble"

Y luego se entra en las aptitudes para el puesto: capacidad de negociación, conocimiento de medicina, finanzas... capacidad de trabajar en condiciones caóticas. "Y los días festivos se debe trabajar el doble, el puesto lo exige". Pero tal vez el punto más grotesco llega cuando se habla de la remuneración: "absolutamente nada". El perfil no tiene salario, aunque eso sí, "trabajar en este puesto está lleno de gratificaciones y satisfacción", explica. "¿Gratis? ni hablar", protestan algunos.

Y llegamos al desenlace. El entrevistador gira levemente la cabeza y se dirige de nuevo a la cámara: "¿Qué pasa si te digo que este puesto está ocupado día a día por miles de millones de personas?". Silencio. La primera candidata rompe el hielo: ¿quiénes son?. 

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